Julio César Corvalán

Mis Poemas

Durante mis años de trayectoria como escritor, poeta y profesor he escrito varios poemas, los cuales te dejo a continuación para que puedas leerlos y disfrutarlos.

Julio César Corvalán

¿Podré ver danzar la paz,
En las paginas de tiempo
En las lágrimas del mar
En las aulas del silencio?
En los besos del sonar
En los ojos del anhelo.
cuando no haya sed voraz
En la tierra ni en el cielo.
Cuando pueda caminar
Sin esquirlas en el suelo
Podré ver danzar su faz.
Cuando el rio, sea eterno
Cuando un niño; ría en paz
Y su sonrisa sea un eco
Cuando exista amor locuaz.
Y derrame vida y sueños
Podré ver danzar la paz
en la oración de un abuelo.
En las leyes de igualdad
En las casas de gobierno.

Podré ver danzar la paz!
En pancartas de un acuerdo
En la voz de libertad,
En las razas y en los pueblos.
Podré ver su amor tenaz
En tu alma y en mi pecho
En la Biblia y el Coran,
En oriente, en sus credos
Podré ver pacto veraz
Entre rusos y eslovenos
Entre gringos y el islam
Entre estos y entre aquellos.
Podré ver danzarla paz
En mi penas y mis miedos,
En los sueños de bondad
En la fuerza del Eterno.
Podré ver danzar La Paz
Cuando paz tenga en mi cuerpo.
Cuando tenga el alma en paz
Cuando paz sea lo Nuestro.

Julio César Corvalán

Hoy vi pasar la muerte,   cuando se vestía de guerra
Caminando como bestia, por las calles de lo ausente.
Hoy vi pasar su suerte, cuando enarbolaba banderas
Entre balas y trincheras, entre cobras y serpientes.
Hoy le vi arrastrar a cuestas, los pertrechos de su estela
Mientras un alma serena, despertaba tras las huestes
La vi doblarse en gemidos, entre llantos y codenas…
Cuando el sol se retorcía sobre campos de inocentes.
¡Oh Dios mio!… ¡Qué castigo!, qué sarcasmo de la vida
Hoy vi la muerte impía degollando unos sueños fieles.
Y le vi arrastrar cadenas con la cruz puesta en su frente
Mientras manos extendidas mendigaban por no verle.
Hoy la vi con sus rehenes y la paz iba primero…
Portando gafas, sombrero, para disfrazar su temple..
Y vi su faz abatida, ir sin más fuerzas que los ruegos
Vi la paz mirar al suelo entre los hombros de la muerte.
Hoy vi pasar la inerte, dejando mil huellas dolidas
Entre caras abatidas, y entre bilis de sus vientres
Si… Hoy ya vi pasar la muerte, cuando vestía de guerra
Le vi cargar bulto a cuestas, para dejar mar de muertes.
Entre sangres y entre angustias por las sendas del tormento
Yo le vi cruzar desiertos, por mil zonas devastadas
Vi la paz dando zancadas, por carril del sufrimiento.
La vi tratando de dar caza a la muerte y sus desvelos.
Hoy vi pasar la muerte, cuando se vestía de guerra
La vi besar niños y hadas, por las calles del pecado
Apuñalando con su halo los dibujos de fronteras
Le veo franquear barreras bajo el gris cielo azufrado.

Julio César Corvalán

El viento ruge en la noche, como recio león hambriento.
Se retuerce y estremece y da zarpazos en el cielo…
Corre por tejados y torres, salta entre furia y lamentos
El viento ruge en la noche, como si fuera un león en celo.
El viento gime en las sombras, mientras llueve en mis sueños,
Como un conjunto de dogmas, que agoniza en el silencio…
Corre por valles y lomas, asolando imperios de fuego
El viento gime en las sombras, y la lluvia le hace eco.
Yo le observo por mi ventana, le veo estremecer los abetos
Oigo su enorme alarido, mientras abofetea mis tormentos…
Anemoi de mis temores, Noto, Bóreas, Argestes y Céfiro.
El viento ruge en la noche, mientras yo en mi cama duermo.
El viento quiere llevarme, en su galope, lejos, lejos.
Más allá del horizonte, y de la tibieza de tu cuerpo.
Allá donde rompe la ola, más allá en de los misterios…
Me quiere alejar de tus ojos, de tus labios y tu pecho.
Ha usurpando mis alforjas, arremetiendo en mí aposento,
Vino a esculcarme el alma, el corazón y el pensamiento…
El viento ruge en la noche, dando gritos de siniestro
Me llama con sus silbidos, me pide vaya a su encuentro.
El viento ruge en la noche, con un puñal de guerrero
Frío como una lápida y peligroso como el miedo.
Me acurruco yo en tu boca y con tu piel me voy cubriendo…
¡Que no descubra mi zulo, ese a quien le llaman EL VIENTO!

Julio César Corvalán

Yo soy el huaso chileno,
con espuelas y caballo,
con la fama de buen gallo,
alegre, simple y sereno,
no me miren a menos;
por andar sucio y rotoso,
estoy de mi tierra orgulloso
y puedo gritárselo al viento.
Yo soy un huaso chileno.
noble, grande y dichoso.
Llevo en mis ojos el cielo
y es mi campo el corazón…
Donde cabalga la tradición,
de mi taita y de mi abuelo.
Yo soy el huaso chileno,
de un pueblo grande y hermoso.
Montando un pingo brioso,
con la marca de Chile en el pecho,
Yo soy un huaso chileno…
Noble, grande y dichoso.
Julio César Corvalán
El ser huaso es un gran don;
es sentimiento de mi tierra
Y todo lo que ella encierra,
en el paraíso de mi nación.
El ser huaso, es sentimiento,
que se prende en la bandera.
es mi fuerza y mi quimera.
mi chamanto y mi canción.
Viva Chile, grito a Dios,
dando gracias por su venia,
por la gracia de su siembra
y por la fuerza de mi voz.
Yo soy el huaso chileno;
Es mi poncho la bandera
y todo lo que me apera,
es la magia del amor.
Llevo a Chile en mi razón,
en mi pecho, en mi estrella…
Es mi musa y mi doncella,
Soy chileno de corazón.

Julio César Corvalán

En un enorme vaso de vidrio
Vestido de rubio y castaño
Se revuelven los huesillos
con el mote bien helado.
Dulce brebaje de tierra
Elixir de mi campo amado
Mote rubio de mi siembra
de mi trigo y mis duraznos
Frio vaso en primavera.
Dulce jugo en mis veranos
Ambrosía en mi poema,
Y Poesía entre mis manos
Yo te canto gran emblema
Sabiduría del pasado
que llegasteis a mi mesa
con sabor de vecindario
Salve oh mote con huesillos
De Cal y Canto en sus años,
De moteros de otro siglo
Pregonando tus encantos.
Venido del corazón del trigo
Y del durazno descorazonado

Para calmar la sed de estios
Para saciar la sed de hermanos
Salve oh Mote con huesillos
Refrescante, nutritivo y lozano
En calles y ferias te he visto
A cambio de algunos centavos.
En un enorme vaso de vidrio
Vestido de rubio y castaño
Se revuelven los huesillos
Y disfruto tus encantos
El Barrio Mapocho por siglos
Con toditos sus mercados
Ha sido testigo de un rubro
De moteros cotizados.
Solo te pido Dios Mio
Larga vida a este gran trago
Que embriaga como el cariño
Sin ser licor destilado.
En un enorme vaso de vidrio
Vestido de rubio y castaño
Se revuelven los huesillos
con el mote bien helado.

Julio César Corvalán

A paso lento y sosiego
Baja rumbo a la ciudad,
Con su yunta, el carbonero,
Su carreta y su morral.
Bajo la chupalla de paja
va su barba sin afeitar
Con cicatrices en el alma
v una pena en su mirar.
Pañuelo al cuello y navaja
Picana al hombro en su andar
Con recuerdos y añoranzas
De días que no volverán.
Va pateando desconsuelos
Y va rumiando un pesar
el que hiciera, carbón de los cerros,
y preñara los montes, de quillay
cabizbajo, arrastra un lamento
cabizbajo, le veo pasar.
con añoranzas de boldos y peumos
con la ausencia de lingue y radal.
Ya entre bosques extranjeros.
Le podemos ver pasar
A paso suave, el carbonero,
Con ojotas y percal.

Tiza, dice a Carpintero
Tiza, dice a Caporal,
¡Vamos bueyes; más ligero!
Ya está cerca la ciudad.
A paso lento y sosiego,
Como tantos años atrás,
Botas de cabro y su perro
Y ese mismo modo de andar.
¡Apure el paso Carpintero!
¡Apure el paso Caporall
No tenemos mucho tiempo
y falta tanto por andar
Lleva su cara tiznada
Lleva, sueños, lleva afán
Mientras avanza, reclama
Contra el progreso letal.
El desventurado devora montañas
Sepulta costumbre y un ritual.
Ha quemado bosques sagrados,
Pensando el carbonero va.
A paso lento y sosiego
Baja rumbo a la ciudad,
Con su yunta, el carbonero,
Y sus sueños de otra edad.

Julio César Corvalán

Bien pueda el vaquero aprender,
mucho más de su caballo,
De sus bríos, su vaivén,
su generosidad y desenfado.
Claro instinto y dignidad,
fuerza, nobleza y trabajo…
Bien pueda el vaquero aprender,
mucho más de su caballo.
Es el caballo, un noble ser,
ágil, veloz y nada ufano…
Bien pueda el vaquero aprender
de su coraje y buenos tratos
Sencillez calidez,
elegancia y desparpajo.
Bien pueda el vaquero aprender,
mucho más de su caballo.

Es belleza sin vanidad
Es energía sin un descaro
Es valor sin ferocidad
Y las virtudes de lo humano
Aun sin vicios, ni maldad
Sin dobleces ni desencantos.
Bien pueda el vaquero aprender
Mucho mas de su caballo:
En el tenue abrevar de la vida
Le veo silente y pausado
bebiendo solo agua viva
Dejando a un lado lo malo
Ay! Si pudiera aprender
Mucho mas de su caballo…
Sabría ser como es…
La amistad de un hermano.

Julio César Corvalán

En el cielo una bandada
de cien loros barranqueros
Que parecen pinceladas
de arcoíris verdaderos
Vuelan libres sobre el campo,
sobre el rio y su caudal
Mientras llevan en su canto
mil canciones de verdad.
Pregoneros perseguidos,
de gregaria sociedad…
de cantares peregrinos,
a son de música fluvial
canta, canta buen lorito,
canta un canto ancestral
canten loros al unisono,
como un coro de hermandad.
Por los riscos del macizo,
besando bayas del peumal
Aquí en los valles del maulino,
el tricahue es principal
Pregoneros perseguidos,
bulliciosos como el mar
Mas que juegos de mil niños,
más que ellos, mucho más.

Por maizales, y en el trigo,
los tricahues, vienen van
Estos loros de cerro andino,
buscan grano y cereal
Ahuyentados por el trino
de un cañón y su bramar
De algún fiero campesino
donde se ha sembrado el pan.
En el cielo una bandada,
como una flecha sideral
Vuela en alas del destino,
vuela en ecos de otra edad
Loros tricahues de anillos,
en Achibueno y el Radal
Por los campos perseguidos,
en patrimonio universal.
Puedo oír de sus graznidos
como el habitat se va
Por incendios del nativo
y por la caza comercial

canta, canta buen lorito,
canta un canto ancestral
canten loros al unisono,
como un coro de hermandad.

Julio César Corvalán

En los días de arduo sol
las veo ordeñar la tierra
Como abejas en labor
enjambre en mil obreras.
Dan su vida por amor
3 Entre siembras y quimeras
Tejiendo sueños de pasión…
Nuestras nobles temporeras
Con mejillas de arrebol
Y fieles labios de fresa
Ojos de uva en crisol
«Las Mujeres de mi tierra».
Mujeres de manos morenas
Mujeres de piel asoleada
Mis mujeres temporeras
Cenicienta, princesa y hada.
Temporeras de mi tierra
Temporeras de esperanza
En el campo, en la siembra,
por sus hijos y su casa.
Pululan por las huellas
noble alma en Mariposa
Temporera, madre y hembra
Hormiguitas laboriosas.

Poniendo empeño y afán
Entre campos e inclemencias
Mientras gotas de cristal
Surcan su faz de estrellas
El cansancio no es rival
A sus sueños y caderas
Abeja reina de pasión
En la flor de piel morena.
Dios bendiga tu labor
Dios bendiga esa entrega
De abnegada vocación
Al cosechar mil primaveras.
Temporeras de alma blanca
Temporeras entre melgas.
Entre sueños y esperanzas
Entre cantos y cosechas.
Temporeras de ilusión
Con el gran rocio del alba,
Es el fruto de su amor
Su cosecha, y su labranza
Temporeras de pasión
En los huertos y faenas
Caricias de un corazón
En los valles y las sierras.

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Subido: 13 Febrero 2021

Porque te tengo amor

Autor: Julio César Corvalán